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EUZKO ETXEA SANTIAGO Gernikako Arbola

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ARANTZAZUKO EUZKO ETXEA

La participación de Álava, Gipuzkoa y Vizcaya en el poblamiento de Chile que en la primera mitad del siglo XVII estaba precedida, en cantidad, por la de Andalucía y las dos Castillas, desplaza en la segunda mitad de ese siglo a Castilla la Nueva; en la primera mitad del siglo XVIII a Andalucía, y en la segunda a Castilla la Vieja. En el mismo lapso desplazan los navarros a castellanos nuevos y andaluces. En suma, entre los siglos XVI y XVIII la participación conjunta de los vascos se estima en un 27% (18,1% procedentes de las vascongadas y 8,9% de Navarra.)

No debe extrañar, por consiguiente, que se llenen páginas completas de la guía de teléfonos de Santiago con apellidos vascos.

Los vascos desde el descubrimiento de Chile hasta la época actual, han estado presentes en todos los momentos de la vida del país, desde su conquista, tanto en su organización en la época de la Colonia y como posteriormente, con mucho peso, en la formación de la República. Son numerosos los apellidos vascongados que desde aquella época forman el Congreso, el ejército y la magistratura y lógicamente la Iglesia.

A partir del siglo XVIII los vemos en el establecimiento y creación de industrias y servicios, en fin, participando en toda la vida social, intelectual y política del país través de toda su historia.

“De los vascos en Chile y sus instituciones” Pedro Oyanguren

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La agrupación vasca más antigua que conocemos en Chile, fue la Cofradía de Arantzazu en el siglo XVIII, con precedentes en Mexico y Lima, que fue creada con fines benéficos para ayudar a vascos en extrema necesidad. Posteriormente a fines del siglo XIX, funcionó en Valparaíso una institución llamada Irurak Bat. También en esa época existió otra similar en la ciudad de Concepción. Ambas contaban con canchas de Pelota y esa es la razón de que las conozcamos por fotos en la prensa de aquella época.

En 1912 se crea el Centro Vasco en Santiago y el año 1931 nace Eusko Gaztedija, indudablemente como consecuencia de los acontecimientos políticos acaecidos en España al instaurarse la República.

La vida social de ambas instituciones fue en general cordial, aunque desarrollaban su actividad en locales diferentes. Pero durante la Guerra Civil de España hubo cierto malestar por la distinta actuación de ellas.

Pasada la guerra y con la primera visita de nuestro Lehendakari José Antonio de Aguirre, se olvidaron posiciones antagónicas y superados todos los inconvenientes, se llegó a la idea de unidad, formando una sola institución.

Aunando esfuerzos se logran refundir y formar el 19 de Julio de 1949 el actual Eusko Etxea.

“De los vascos en Chile y sus instituciones” Pedro Oyanguren

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De los vascos en Chile y sus instituciones

* Traducción al español del original en euskera

Pedro Oyanguren

Si en el siglo XVI de las 157 familias de la Península que se establecieron en Chile, 39 de ellas tienen apellidos vascos.

¿Como podríamos cuantificar la población de origen vasco en nuestros días?.

La participación de Álava, Gipuzkoa y Vizcaya en el poblamiento de Chile que en la primera mitad del siglo XVII estaba precedida, en cantidad, por la de Andalucía y las dos Castillas, desplaza en la segunda mitad de ese siglo a Castilla la Nueva; en la primera mitad del siglo XVIII a Andalucía, y en la segunda a Castilla la Vieja. En el mismo lapso desplazan los navarros a castellanos nuevos y andaluces. En suma, entre los siglos XVI y XVIII la participación conjunta de los vascos se estima en un 27% (18,1% procedentes de las vascongadas y 8,9% de Navarra.)

No debe extrañar, por consiguiente, que se llenen páginas completas de la guía de teléfonos de Santiago con apellidos vascos.

Los vascos desde el descubrimiento de Chile hasta la época actual, han estado presentes en todos los momentos de la vida del país, desde su conquista, tanto en su organización en la época de la Colonia y como posteriormente, con mucho peso, en la formación de la República. Son numerosos los apellidos vascongados que desde aquella época forman el Congreso, el ejército y la magistratura y lógicamente la Iglesia.

A partir del siglo XVIII los vemos en el establecimiento y creación de industrias y servicios, en fin, participando en toda la vida social, intelectual y política del país través de toda su historia.

La agrupación vasca más antigua que conocemos en Chile, fue la Cofradía de Arantzazu en el siglo XVIII, con precedentes en Mexico y Lima, que fue creada con fines benéficos para ayudar a vascos en extrema necesidad. Posteriormente a fines del siglo XIX, funcionó en Valparaíso una institución llamada Irurak Bat. También en esa época existió otra similar en la ciudad de Concepción. Ambas contaban con canchas de Pelota y esa es la razón de que las conozcamos por fotos en la prensa de aquella época.

En 1912 se crea el Centro Vasco en Santiago y el año 1931 nace Eusko Gaztedija, indudablemente como consecuencia de los acontecimientos políticos acaecidos en España al instaurarse la República.

La vida social de ambas instituciones fue en general cordial, aunque desarrollaban su actividad en locales diferentes. Pero durante la Guerra Civil de España hubo cierto malestar por la distinta actuación de ellas.

Pasada la guerra y con la primera visita de nuestro Lehendakari José Antonio de Aguirre, se olvidaron posiciones antagónicas y superados todos los inconvenientes, se llegó a la idea de unidad, formando una sola institución.

Aunando esfuerzos se logran refundir y formar el 19 de Julio de 1949 el actual Eusko Etxea.

Entre los años 1937 y 1960, funciona también una delegación del Partido Nacionalista Vasco en Santiago y alguna otra ciudad en el país. En los mismos años trabajó la oficina de la Delegación del Gobierno Vasco en el Exilio.

En Chile existen en este momento las siguientes instituciones de origen vasco: la primera y a la vez organizadora de todas las demás es Eusko Etxea en Santiago de Chile, cuyos orígenes se remontan a 1912.

En 1961, nace el Instituto Chileno Vasco de Cultura Alonso de Ercilla y Zuñiga, institución con fines culturales que pretendió, de alguna forma, recuperar a las antiguas familias de origen vascongado avecindadas en Chile desde hace varias generaciones.

Posteriormente, se crean a instancias de Eusko Etxea y con el apoyo del Gobierno Vasco, la Fundación Vasco Chilena para el Desarrollo y la Corporación para la Formación y el Desarrollo, Forydes, cuyas personalidades jurídicas se obtienen en 1993 y 1994 respectivamente.

Finalmente, el 9 del Noviembre de 1994 se forma la Agrupación de Profesionales de Origen Vasco que cuenta en la actualidad con 150 afiliados con más de 30 profesiones distintas.

En la actualidad se están formando, aunque sin domicilio fijo, Centros en la ciudades de Viña del Mar, Linares y Valdivia ( Región V / VII / y X).

De las instituciones mas antiguas es poco lo que conocemos y habrá mas de alguna que no tengamos incluso noticias de su existecia. Es proverbial lo de que los vascos no escriben su historia, solo la viven.

Bibliografía

J.Retamal F.,C. Celis A., y Juan Guillermo Muñoz. "Familias Fundadoras de Chile". Págs. 7 y 719. Edit. Universitaria S.A. Santiago Nov. 1992.

2 L.Thayer Ojeda. "Elementos étnicos que han intervenido en la Población de Chile" Imp. La Ilustración. Stgo. 1919.

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La Bota Verde y el euskera

Pedro OYANGUREN

Mi abuelo Francisco- natural del caserío de Etxeberri en el barrio de Zañartu en Oñati- y la abuela Teresa - del caserío de Garagaltza, del mismo pueblo- llegaron a Chile en los últimos años del siglo XIX (1881 y 1899). Francisco tenía una tienda en la calle Alameda en Santiago, por lo que continuamente viajaban en barco a Europa para traer productos para su tienda. Por esta razón, algunos de sus hijos nacieron en Oñati y otros en Chile. A mi padre le tocó venir al mundo en la capital chilena, sin embargo estudió en el País Vasco en los Maristas, quienes por aquellos años tenían un colegio en Oñati. Esta experiencia le dejó marcas imborrables. Se trajo algunas también en el cuerpo. Su hermana Teresa siempre le llamaba cariñosamente “el Chato”, pues también se dejó allí los huesos de su nariz al caer por la escala de piedra del caserío de Garagaltza.

La tienda del abuelo duró hasta la gran crisis del 30 y mi padre comenzó a trabajar con unos vascos que tenían una gran fábrica de zapatos en la ciudad sureña de Talca: Calzados Yarza. El mercado que cubría esta fábrica era fundamentalmente el sur de Chile. Mi padre se desempeñó en ella como vendedor viajero, por lo que tuvo que crear en muchos pueblos del Sur, las tiendas de los Yarza. Todas aquellas zapaterías tenían el mismo nombre: “La Bota Verde”. La última que le tocó abrir fue en Punta Arenas, en la zona de Magallanes, en lo más austral de Chile. La única forma de llegar a estos confines en aquella época desde el centro del país, era en barco. También hacía viajes al interior, donde estaban las grandes estancias ovejeras. Tal era la incomunicación de la época que los estancieros tenían sus propias pulperías para abastecer a su personal.

Cuando viajaba a estos lugares anunciaba previamente su llegada y frecuentemente era recibido en el puerto hasta con banda de músicos. Los estancieros también lo esperaban con avidez, incluso se lo “peleaban” unos a otros, con el fin único de que el viajero les relatara las últimas noticias de la capital y del mundo.

Había algunos aún más aislados, los puesteros. Ellos pastoreaban los rebaños de ovejas y sólo llegaban a las casas de las estancias un par de veces al año.

Varias de estas enormes extensiones de tierras pertenecían a vascos y fue allí donde mi padre escuchó hablar el euskera, tanto a los patrones como al personal. Seguramente debido a las condiciones de aislamiento, los larguísimos inviernos con sus fuertes vientos, el aburrimiento y el empeño que pondrían aquellos empecinados vascos en enseñar su antigua lengua a los que estaban con ellos, para así sentirse más cerca de su lejana tierra.

Con el pasar del tiempo -quizás por la reforma agraria en la década de los 60- aquella gente se disgregó. Es posible que una persona de Punta Arenas, con la que me comuniqué por teléfono el año 1991, fuese alguna de ellas o su descendiente, porque había escrito un libro con la traducción de las Tablas Parlantes de la Isla de Pascua, utilizando el euskera2.

Como le comenté a Henrike Knörr, de la Academia de la Lengua Vasca esta semana en Santiago, luego de contarle esta historia: “La lingüística parece que permite sacar hasta las más increíbles conclusiones”.

(Quien quiera conocer aquel mágico mundo de Magallanes, debe leer las narraciones del escritor chileno Francisco Coloane)3.

1 Francisco Oyanguren Moyua, Teresa Arcauz Erostegi y sus hijos en 1928.

2 Kite - Erua. Los Baskos en América Precolombina. Juan N. Doray.

3 Coloane- Cuentos Completos.- Edit. Alfaguara.

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¡Y aún vive...!

Pedro OYANGUREN

Paseando hace unos años por la parte vieja de Bilbao me encontré con la plaza Miguel de Unamuno, cercana al lugar donde nació. Era ya de noche y no podía ver el busto en su memoria, pues es muy pequeño y puesto a una altura tal, para que algunos de sus conciudadanos no lo vuelvan a tirar a la ría, donde ha ido a parar más de una vez. Pese a ello, Don Miguel sigue siendo un hombre poderoso y lleno de contradicciones a pesar de los años pasados. Sigue buscando la verdad por medio de sus contradicciones y paradojas, cosa que mucha gente de su pueblo sigue sin entender, pero que nos hace repensar en los días actuales todos los temas que aborda, política, religión o cualquier asunto que analice con su enorme capacidad reflexiva, pese al tiempo trascurrido.

Desde sus primeros escritos en los últimos diez años del siglo XIX, todo el XX y los diez primeros del XXI sigue presente, por lo menos aquí, en Chile.

Buscaba en estos días una carta escrita por Unamuno a Ross, joven escritor chileno en el año 1905, donde Don Miguel utiliza una frase muy mencionada por estas tierras sobre la creación de la República de Chile, que este año cumplió los doscientos años. Esta frase ya repetida, se ha ido deformando con el tiempo, del sentido que Unamuno le dio y es por eso que buscaba el original que está en una tesis de doctorado.1

Unamuno ha estado presente en la formación escolar secundaria chilena desde hace muchos años, como cabeza de la generación del 98 por lo que su influencia permanece en mucha gente, los ejemplos son numerosos en diferentes épocas:

Una nota que escribe Lucila Godoy Alcayaga, Gabriela Mistral, en Montpellier, agosto de 1927, muchos años antes de recibir el premio Nobel en referencia al exilio de cinco años de Unamuno:

“Los que le queremos con cariño aupado en reverencia, hemos callado con no sé qué pueril certidumbre de que un hombre unamunesco no se muere fácilmente, porque contiene metales y cauchos en que la muerte tiene para rato. Pues bien, puede morírsenos en estúpido trance de destierro nuestro viejo amado, y entonces vendrán los desagravios y los reproches de velación de difuntos.”

Guillermo Blanco, fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo en 1999, por sus escritos, ensayos y crónicas.

Miguel de Unamuno, Un abuelo singular2

Poeta, novelista, profesor y filósofo, a Miguel de Unamuno le gustaba decir que él no era ‘ni literato ni humanista. Yo soy un hombre de humanidad...’ y realmente, además de su valor intelectual en sí, Unamuno es una figura que perdura por la fuerza de su personalidad, su amor a España, su capacidad de dureza en la polémica y su disposición a estar ‘contra esto y aquello’.

En este libro de reciente aparición, Guillermo Blanco, gran admirador de Unamuno, ha escogido acercarse al personaje por una vertiente muy distinta: el recuerdo de su nieto mayor, Miguel Quiroga Unamuno, huérfano a temprana edad de madre, quien fue muy cercano al escritor. Él relata facetas entrañables del león que fue su abuelo. Precisamente el título del libro alude a una foto en que aparece el escritor ‘sin gafas’ y rodeado de cuatro nietos y con una expresión amable en su mirada.

Estos recuerdos y anécdotas familiares se combinan con un estudio de la postura de Unamuno durante la Guerra Civil española, en la cual decidió estar contra nacionales y republicanos, ‘los hunos y los hotros, que descuartizaban a España’, como escribió.

Los episodios recogidos en el libro culminan con el famoso 12 de octubre de 1936, cuando el escritor vasco y el general Millán Astray se enfrentaron en la Universidad de Salamanca con violentas expresiones que han hecho historia (‘Muera la inteligencia’, ‘Venceréis, pero no convenceréis’). El libro relata también la muerte de Unamuno (diciembre de 1936) y recoge momentos cruciales de su vida; por ejemplo, cuando fue relegado durante la dictadura del general Primo de Rivera y su posterior fuga al país vasco francés.

Otro capítulo está dedicado a la entrevista del escritor con Nikos Kazantzakis en ese mismo año 1936. ‘Ese terrible viejo puercoespín’, decía el griego de su interlocutor.

Se recogen también algunas célebres paradojas de Unamuno y apuntes para el último libro, que nunca llegó a escribir realmente. Dice Guillermo Blanco: ‘Será un libro-no-libro parido desde esta nueva soledad, en cuyo título querrá simbolizar la angustia estéril que lo aísla: El resentimiento trágico de la vida (Notas sobre la Revolución y Guerra Civil españolas)’.

El libro no pretende ser una biografía de Unamuno ni un completo estudio de su pensamiento. Más bien, ahondar en la humanidad del personaje, aportando nuevos datos de familia a su retrato.”

“Durante el acto celebrado la noche de este jueves en la residencia de la Embajada de España en Chile, Edwards recordó que su admiración por la literatura hispana arrancó cuando, a los quince, comenzó a leer en el Colegio San Ignacio a Azorín, y luego a Miguel de Unamuno, intelectual profundamente crítico con los jesuitas, de quien el novelista chileno se declaró ‘un admirador apasionado, casi fanático’.

Precisamente dos figuras tan antitéticas como Unamuno y el sacerdote jesuita Alberto Hurtado, profesor de Edwards y quien en 2005 se convirtió en el primer santo chileno, fueron las dos referencias fundamentales en la formación del joven Edwards, confesó el escritor.

‘Miguel de Unamuno me enseñó esa cosa tan española que ha sido la libertad intelectual, la discrepancia, la disidencia, y Alberto Hurtado (Cruchaga y Larrain) me enseñó a mirar el lado miserable de la vida chilena de mi tiempo’, relató el autor de Persona non grata”.

Vemos con esto como Unamuno sigue teniendo influencia tanto en los intelectuales chilenos como en el resto de los mortales. Pese a su acendrado españolismo, nunca dejó de ser vasco por sus diez y seis costados, como otra de sus tantas paradojas3 vitales.

¿Cuál sería su visión de la Guerra Civil Española si no hubiese muerto al principio de ella, sino luego de que hubiese terminado la post-guerra?...Pienso que su análisis hubiese sido demoledor para los vencedores, como lo fue con Millán Astray y hubiese terminado exilado como tantos otros a quienes pudimos alcanzar a conocer por estas tierras de América.

1 Patricia Arancibia Clavel, La Imagen de América y Chile en Unamuno. Junio de 1985.

2 Unamuno: El león sin sus gafas- Editorial Andrés Bello, 2003, 191 páginas.

3 RAE entiende por paradoja: Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de las personas. Aserción inverosímil o absurda, que se presenta con apariencias de verdadera. Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción.

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La cultura vasca como una exportación no tradicional

Pedro OYANGUREN

En la introducción de la memoria externa que estamos entregando a los mejores alumnos universitarios que estudian Lengua y Cultura Vasca como curso optativo en Chile y a los que están haciendo memorias de título con la historia de los vascos en el país, dice lo siguiente:

“Durante años he ido guardando material en el PC de originales de libros, artículos, memorias y varios, relacionados con nuestra Euzko Etxea y los vascos en Chile. Hay otros documentos más antiguos que ha sido necesario fotografiarlos, es el caso de algunos libros y en el sonido, traspasarlo a los formatos actuales.

La suma de toda esta información que se traduce en miles de páginas, se puede llevar en el bolsillo, sin siquiera sentir su peso. ¿Quién hubiera pensado que esto sería posible unos pocos años atrás?”

La información se sigue recopilando. Este año se agregaron siete libros, más una serie de artículos publicados. La suma de todos estos elementos nos sirven para tratar de dar a conocer, aunque sea a pinceladas, los ya casi cinco siglos de la presencia vasca en Chile y la antigua historia de este pueblo.

Una de las carpetas contenidas en la memoria externa contiene los antiguos fueros y los estatutos de autonomía de 1936 y 1979. Esto con el fin de explicar a los estudiantes las relaciones legales de los vascos con el estado español, a través del tiempo.

Días atrás, entre el desorden de mis papeles y libros, encontré una publicación del año 1931 editada en Santiago de Chile por la Juventud Vasca del “Estatuto Vasco o La Voluntad de un Pueblo”.

Hay en ella varias cosas que llaman la atención. Primero, su fecha de publicación en Chile en 1931¸ cuando son los primeros días de la República y el acto conocido como “Estatuto de Estella”, se celebró el 14 de junio de ese año. Es muy poco tiempo en aquella época para ser editado en Chile, considerando los trasportes, medios de comunicación y sistemas de imprenta existentes ¿cómo lo hicieron? Ya no queda nadie de aquella juventud como para averiguarlo.

Lo segundo, cómo se aprobó. Por la Magna Asamblea de Ayuntamientos, es decir, por 485 ayuntamientos. Difícilmente pueda existir un sistema más democrático y directo de elecciones. Seguramente, por lo mismo su subtítulo es “la voluntad de un pueblo”. Como dice F.J. Caballero Harriet, a los que estamos sumergidos en la mundialización, nuestra salida está en el regreso a las culturas, en otras palabras, a las raíces de cada pueblo. Este proceso relatado nos recuerda también en estos días, el trastorno o temor que provocó en algunos la creación de Udalbiltza, como elemento desestabilizador del Estado piramidal actual.

Lo tercero, es el Think tank, así en inglés, como llaman en Chile a esto que se puede traducir como fábrica de ideas y que son agrupaciones que a partir del año 50 del siglo XX abundan en los EE.UU. Ellas asesoran, especialmente, a partidos políticos y les dan apoyo intelectual. Vemos en estas 41 páginas que es Euzko Ikaskuntza quien desarrolla estos estatutos en el año 1931 y esta sociedad (Think tank) fue creada en 1918. Podemos ir más atrás, en algo similar a este tipo de agrupaciones y llegar al año 1763 cuando se crea la Sociedad Bascongada de Amigos del País, conocida socarronamente como los Caballeritos de Azkoitia.

Podríamos afirmar con esto, que así como los alemanes se han distinguido en la filosofía pura, los vascos lo han hecho en lo que se llamaría filosofía aplicada. En el pasado, han sido malos en su capacidad de traspasar al exterior los conocimientos de las notables antiguas leyes Vizcaínas, así como en el presente, las actuales experiencias industriales del grupo Cooperativo de Mondragón, en su singularidad de unión de capital y trabajo junto a la autoprotección financiera y social, herencia del antiguo auzolan agrícola. La Pelota Vasca en sus modalidades de cuero, pasando por la Cocina. Así como algunos notables postgrados académicos o la existencia y el trabajo desarrollado desde hace muchos años de una agrupación como la Sociedad de Estudios Vascos. Queda entonces por desarrollar el autobombo, no en el sentido recientemente tratado en el Parlamento Vasco, sino en dar a conocer en el exterior características singulares de este pueblo.

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El Basural, historia, pelota vasca y apellidos

Pedro OYANGUREN

Nos cuenta el historiador Roberto Hernández que Don Benjamín Vicuña Mackenna visitó Euzkadi a mediados del siglo XIX, donde tuvo la experiencia de redescubrir numerosos rasgos chilenos en el mundo vasco y nos cuenta: “Hasta en los gustos, en los trajes, en los pasatiempos; existen todavía semejanzas. Allí peinan trenzas las damas como nuestras abuelas; allí se cantan tonadas como las que cantamos nosotros; allí, por todo, se queman voladores y cohetes como los que todavía encendemos en los esquinazos y jardines públicos; allí el juego nacional es la pelota, y no hay aldea que no tenga su cancha, como la que tenía Santiago en el Basural cuando era aldea. Es la Vizcaya el país del chacolí, porque no dan otros jugos las tierras agrias de sus collados, y la nativa patria de algo que se ha tenido por invención genuina de Chile, el palo encebado. Tal es la Vizcaya en España y tal es Chile en América”.

Esta cancha que nos cuenta don Benjamín Vicuña y cuyos planos diseñó Errázuriz Aldunate, en 1803, estaba en el mismo lugar en que el Gobernador García Hurtado de Mendoza, de origen alavés y llegado en 1557 había construido la primera de que tenemos constancia histórica y a poca distancia del mítico Puente de Cal y Canto, construido por un oñatiarra, el Corregidor Zañartu. Esta zona es actualmente el Mercado Central de la ciudad de Santiago.

Este plano de 1803 de la cancha de Pelota Vasca me lo hizo llegar el escritor Miguel Laborde Duronea, el que apareció en un trabajo cartográfico recién editado de la ciudad de Santiago.

En pocas líneas encontramos apellidos como Vicuña, Mendoza, Zañartu, Errazuriz, Laborde, unidos de alguna forma transversal por la historia, la Pelota Vasca en Chile y su ascendencia común. Como decía el escudero del caballero castellano: Dios los cría y el Diablo los junta.

Pero si continuamos con la historia del lugar, podemos seguir con los apellidos:

El Mercado Central de Santiago, es una obra arquitectónica de hierro laminado y partes fundidas, inaugurada en 1872 durante la presidencia de don Federico Errázuriz Zañartu.

La construcción comienza a cargo del arquitecto chileno Fermín Vivaceta. El diseño de la estructura de albañilería fue de Manuel Aldunate.

Hoy en día es un lugar de venta de pescados y productos de la tierra. Lugar también reconocido por su gastronomía, donde se ha sabido conservar antiguas recetas. Ha pasado actualmente a formar parte del Patrimonio Nacional.

Nota: Una de las cuatrocientas cincuenta calles de Santiago con etimología vasca, entre ellas, una de las grandes, lleva el nombre de Benjamín Vicuña, amén de un museo dedicado a su obra. En esta calle es donde está instalado Euzko Etxea de Santiago, ya por sesenta años. En el próximo 2012 cumple un siglo de existencia.

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Dos historias de la Pelota Vasca con tintes políticos

Pedro OYANGUREN

El 18 de Septiembre de 1970 se inauguraba el Campeonato Mundial de Pelota Vasca en el antiguo frontón de Anoeta en Donosti. Presidía la ceremonia Francisco Franco.

Cuando entraba la delegación chilena, cayó desde la galería un hombre con una ikurriña y envuelto en llamas. Uno de los pelotaris de este equipo, con su chaqueta le apagó las llamas. Este hombre que caía del cielo y que se había lanzado en señal de protesta era Joseba Elosegi, quien luego diría: “Quería llevar aquel fuego que destruyó Gernika a la vista de quien lo provocó. No pretendí matar a Franco, hombre ya caduco cuyos partidarios lo sostenían a la fuerza de pie para mantener el mito. Era una mera figura decorativa”.

Años después le contábamos la historia al propio Elosegi, que en aquel momento era senador por el PNV, en Euzko Etxea de Santiago. Joseba desconocía esta parte de su propia historia. Al saber que estaba con nosotros en aquel momento Mikel Arana, nos contó otra historia: Elosegi fue condenado por aquel acto a siete años de cárcel y su compañero de celda fue Sabino Arana, hermano mayor de Mikel. Al salir libre, Elosegi le dejó su guitarra. Esta historia también era desconocida. Fue una noche memorable para los que allí estuvimos, Elosegi traslucía lo que era, un hombre sencillo y bueno.

Donostia-San Sebastián. Joseba Elosegi, ex gudari y residente nacionalista vasco yace envuelto en llamas en la cancha del frontón público, entre el cual una nutrida representación de franquistas y el mismo Franco. 18 de septiembre de 1970. A la derecha, Joseba Elosegi en 1977.

En 1978 se inauguraba el Campeonato Mundial de Pelota Vasca en Biarritz. Se recibió desde París una nota de parte de los exiliados de la Unidad Popular, amenazando boicotear la inauguración si la delegación chilena desfilaba con su bandera. En vista de ello, el comité a cargo de la inauguración decidió que ninguna delegación utilizaría su propia bandera. Solo se utilizaría una y fue la ikurriña. Seguramente la mano de Maurice Abeberry estuvo detrás de aquella decisión. Esto aún era un acto inaudito en aquella época al otro lado de la frontera y seguramente en el presente también lo sería.

Solamente en Cuba pudimos años después, ver la ikurriña en otra inauguración de un mundial de Pelota, pero esta vez de contrabando, porque solo el equipo de exhibición de la Federación Vasca llevaba en la mano una camiseta con ella y curiosamente entre el público, pequeñas banderas en manos de una multitud de niños.

Maurice Abeberry fallece el 21 de febrero de 1988 en el monte Larrun. Se contaba con él, como el siguiente presidente de la Federación Internacional de Pelota Vasca y por sus antecedentes previos, otra historia mejor hubiese sido con él a la cabeza de esta institución.

Es esto lo que nunca terminamos de aprender, elegir solo a los mejores para que dirijan nuestras instituciones, cualquiera que ellas sean.

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A partir de una fotografía y un aviso...

Pedro OYANGUREN

Una foto y una publicación de 1921 que llegaron a mis manos, gatilló la presente asociación de ideas.

El surgimiento de las primeras Euskal Etxeak en el cono sur de América (Argentina, Uruguay y Chile) en el último cuarto del Siglo XlX, fue coincidente. Es la época del auto-reconocimiento o conciencia de nación planteada por Sabino Arana, que repercutió en los vascos de América. Se suma a ello, las consecuencias de la última Guerra Carlista y el producto per cápita de Euskadi, por aquellos años inferior a los que tenían estos países, además de las múltiples posibilidades que este nuevo mundo podía dar a cantidad de personas con gran espíritu de trabajo y perseverancia.

En el caso de Chile, como en el resto de los países mencionados anteriormente, no se cuenta con muchos antecedentes escritos, lo que ha forzado a reconstruir la historia de estas instituciones, con antecedentes oficiales de inscripciones públicas o por relatos de terceros, con todo lo que ello implica. Esto último, afortunadamente ha ido cambiando desde hace ya años.

La labor de investigación más importante que se está haciendo, en nuestro caso, es desde las universidades con las memorias de título al término de las carreras. Tenemos dos o tres memorias dedicadas, en agradecimiento por profesionales de educación física, sobre la Pelota Vasca y un largo número de memorias, de historiadores, tales como: La Inmigración Vasca en Chile 1889-1990 de Maite Camus Argaluza, La Inmigración Alemana, Suiza y Vasca en el Sur de Chile en la década de 1870, Trinidad Zaldívar, junto a dos compañeras, escribió el libro Los Vascos en Chile 1680-1820, como memoria también para optar al título de Historia.

Este año, hay tres memorias más en desarrollo, una desde la Universidad del País Vasco, Ainara Madariaga termina su tesis sobre Euskal Herria desde el lejano Chile, y otra, Análisis del euskera en las revistas publicadas en Chile, de la vizcaína Iraia Saenz de Biteri, llegada a Chile en Marzo del 2004 a dar clases de Lengua y Cultura Vasca en la Universidad de Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile, Católica de Valparaíso y Universidad de Valparaíso, de su trabajo de investigación para el Curso de Estudios Vascos por Internet de la Fundación Asmoz de la Sociedad de Estudios Vascos/ Eusko Ikaskuntza.

La tercera desde la Universidad Católica de Santiago, de Carlos Eduardo Fariña, sobre las revistas publicadas por vascos en Chile en el siglo XX, lo que nos ha hecho reunir una serie de antecedentes.

Carlos Fariña encontró entre la documentación de la Biblioteca Nacional de Santiago el siguiente aviso publicado en la prensa en el año 1921, invitando a la creación del segundo CentroVasco en Santiago:

“Euzkotarra, óiganos:

A nadie debe extrañar los proyectos que los vascos, de aquende Los Andes, tiene de construir un ‘Frontón de Pelota’ y otros edificios, persiguiendo con ello los más nobles fines, fundando una especie de institución que consiguiese asociar a los euzkos, cualquiera que sea su nacionalidad, posición social y lugar donde estuvieren ubicados, con el objeto que se conozcan más y mejor, practiquen sus usanzas, costumbres y vivan en esta, su segunda patria, la vida que en Euzkadi llevan sus hermanos”.

Es decidora la forma en que parte la invitación y podría confirmar que si bien efectivamente existían las razones que empujaban a la creación de estas agrupaciones de vascos en estos países, fue la Pelota Vasca el elemento que logró la unificación, pese a los diferentes enfoques políticos que pudieron tener.

La fotografía, ya que los escritos son escasos, permite ir reuniendo más datos. La primera es de una institución que desconocíamos, es del año 1902 en Valparaíso llamada Irurak Bat, que corresponde a una cancha de Pelota. Así como otra anterior, la cancha de Pelota, del tipo de plaza, llamada Plaza Euskara de 1889 en la ciudad de Concepción.

Unos días atrás, la familia Montory Diturbide nos trajo una foto donde aparece el abuelo entre el público y pelotaris, inaugurando una cancha de Pelota de plaza, cuyos terrenos fueron donados por el municipio (ayuntamiento) de la ciudad de Cañete, en el sur de Chile, del año 1886. Esta es hasta ahora, la foto de una cancha de Pelota más antigua que tenemos.

En la historia documentada podemos retroceder en el tiempo sin problemas, en el caso de Chile (no tengo antecedentes de Argentina y Uruguay, pero se puede suponer la misma situación), hasta el Gobernador Don García Hurtado de Mendoza, quien ejerció su cargo desde el año 1557 hasta 1561 en Santiago. Hurtado de Mendoza, alavés, fue un digno pelotari y pilotazale, que se preocupó de difundir el gusto por la Pelota en su época. Y desde entonces, con altos y bajos, podemos llegar con esta historia hasta nuestros días.

Las motivaciones de la creación de estas instituciones en esa época son variadas: el haber nacido de la misma camada (nación etimológica), sus usos, lengua y costumbres, y entre éstas, el juego y en el juego, la Pelota Vasca, como elemento aglutinador, donde no se hacía distinción social alguna, y el que ha dejado huella como herramienta que sirvió como base en la creación de gran número de Euskal Etxeak en el cono sur de América.1

Sería interesante hacer hoy un estudio comparativo entre aquellas motivaciones y las actuales, con todas las variables de las diferentes épocas y situaciones y compararlas con la creación de las nuevas casas vascas, en diferentes países en estos últimos años.

1 Predecesoras de éstas en América, fueron las sociedades de socorros mutuos, de antigua data en tierras vascas y aún vigentes en algunas zonas de antiguos caseríos, con un diseño muy simple y auto reguladas.

En Oñati pude ver la reconstrucción, en conjunto con sus vecinos mediante este sistema, de un caserío incendiado poco tiempo atrás.

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Desde Chile en vacaciones: Divagaciones sobre la identidad

Olga LARRAZABAL SAITUA, Santiago del Nuevo Extremo

Alguien dijo que Santiago de Chile en Febrero es un pequeño paraíso, con un cielo azul encantador, una brisa perfumada, una cordillera majestuosa y muy pocas personas visibles; eso debe haber pensado Don Pedro de Valdivia cuando hace exactamente 466 años nos fundó, después de haber atravesado más de mil kilómetros de desierto a pie.

Don Pedro, veterano capitán de las guerras de Italia y de Flandes, hidalgo extremeño, parado sobre un pequeño cerro llamado Huelén por los nativos, funda la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo. Siguiendo el manual de Fundación de Ciudades que entregaba la Corona a sus Capitanes y Adelantados, le correspondió al Alarife Pedro de Gamboa (vizcaíno supongo) mensurar y dividir la futura ciudad en manzanas, que luego se dividirían en solares asignados. Me lo imagino rodeado por su soldadesca proveniente de todas las provincias y reinos gobernados por Carlos V; los recién conquistados navarros y granadinos, escribanos y esclavos respectivamente, soldados y navegantes vizcaínos y guipuzcoanos, extremeños y andaluces, otros europeos provenientes de los reinos alemanes y del norte de Italia, esclavas y esclavos moros que cocinaban, barrían y lavaban y los africanos y quechuas que cargaban con los bártulos necesarios para formar un campamento y dar origen a un asentamiento definitivo. Esta heterogénea multitud incluía también ñustas, ex Vírgenes del Sol del Incanato, que fueron tomadas en matrimonio por los europeos, previo bautizo con un nombre cristiano y, por supuesto, a nuestra Inés de Suárez, viuda extremeña y hembra brava, compañera del capitán Valdivia y única mujer europea presente. Todos siguiendo el viejo ritual latino de fundaciones, arando los contornos del nuevo hábitat donde iría la empalizada de defensa e invocando en este caso, al Dios de los Católicos. Y el que estaba pensando en algún otro Dios, quedándose bien callado para diluirse en el anonimato y empezar una nueva vida.

Fundación de Santiago del Nuevo Extremo.

Entre los matorrales los observaban inquietos, los indios autóctonos, Promaucaes, quiénes todavía creían que los jinetes eran centauros invencibles, y veían con miedo como estos seres extrañísimos y hediondos se iban quedando y quedando.

No creo que ninguno de ellos pudiera tener idea de que el pueblo que estaban fundando iba a resultar en una mezcla de todos ellos, pero diferente, nueva... una creación nueva de la naturaleza que teniendo parte de todos sería distinta y un día llegaría en que ignorara y renegara de todos ellos en aras de su nueva identidad de chilenos. Nosotros de españoles nada o de indios nada o de africanos, según fueran las conveniencias políticas del momento.

Todo esto iba pasando por mi cabeza cuando me dirigía al correo a pie y con mucha energía, a enviar mi muestra de ADN para que un laboratorio de Texas me lo analizara y así participar en un gran proyecto genográfico que busca los ancestros y los remotos parientes a través del ADN. En el caso de las mujeres, se determina la filiación por línea femenina de hija a madre a abuela materna y así sucesivamente. Y en mi caso como descendiente por línea de abuela materna de la heterogénea soldadesca de Pedro de Valdivia, los resultados pueden ser muy variados y muy divertidos, pienso yo.

Lo mismo le va a pasar a muchos descendientes de conquistadores que hicieron fortunas en América y se radicaron en España con sus mujeres de linaje criollo. Entre ellos, por ejemplo, están los descendientes de los banderizos guipuzcoanos y vizcaínos, Martín García Oñez de Loyola, Gobernador de Chile, pariente de San Ignacio, que casó con Beatriz Clara Coya, inca peruana y también nuestro Gobernador Martín Ruiz de Gamboa, natural de Durango, que casó con una mestiza hija de Rodrigo de Quiroga y los del Marqués de Estella, Primo de Rivera que tiene varias retataraabuelas guaraníes aportadas algunas de ellas por Don Antonio Larrazabal y Basualdo de Guecho, quién casó con una rica dama criolla en Buenos Aires.

Martín García Oñez de Loyola junto a su esposa.Ocho gobernadores vascos y navarros tuvo este país en 250 años, que seguramente trajeron a sus sobrinos y parientes en medio de un nepotismo galopante (del cual se han escrito varios tratados históricos), y que al igual que el Obispo Zumárraga de México, casaron o trataron de casar a sus sobrinos, campesinos de Vizcaya, con ricas hembras ibéricas o criollas dotándolos con fortunas obtenidas en América, aprovechando la condición de “hijosdalgos vizcaínos” para subir en la escala social.

Iba riendo para mis adentros, al pensar las sorpresas que muchos de los habitantes de la Península Ibérica van a tener cuando descubran su conexión genética con indios americanos, ya que estos proyectos genográficos están invadiendo el mercado y son la última palabra para refutar o avalar descubrimientos históricos y arqueológicos y desarmar mitos de pureza de razas. Más de algún iluso “new age” va a echar a rodar una teoría migratoria con una conexión “atlante” para justificar estos genes indios en España, sin pensar que los conquistadores fueron conquistados.

En eso pensaba yo mientras entregaba la carta con la muestra en Correos, cuando de repente, escucho una voz proveniente de una anciana pequeñita en la fila del lado, que con un fuerte acento de las orillas del Cantábrico solicitaba su carta certificada. Como la letra no era muy legible la dependienta preguntó en qué provincia quedaba el pueblo que ella mencionaba. La anciana meditó y dijo “En el País Vasco” Yo le dije entonces ¿por qué no pone usted Euskadi? “Ay hija, es que entonces no me entienden. Esos nunca nos entienden”. No ahondé en quienes eran “esos” y le pregunté que cuándo había llegado a Chile, “¡68 años en Chile, y echando de menos, Ay!” y suspiró despidiéndose con un fuerte ¡Agur! que retumbó en la sala.

Yo le contesté con otro ¡Agur! y un joven moreno bastante criollo que estaba detrás de la anciana me pregunta “¿Usted habla euskara?” Al ver mi cara de sorpresa dice: “Yo también soy vasco. Me apellido Oñate” y la única otra clienta del correo tercia: “Yo también, porque soy Yrarrazabal” y menos mal que no había más gente en el correo, que si no, se forma un orfeón.

Parece que en este caso la soldadesca de Don Pedro de Valdivia estaba un poco cargada hacia el norte. El joven de Oñate me dice: “¿Sabe usted que el 20% de los chilenos lleva un primer apellido vasco?” Si lo sabré yo, que me di el trabajo de analizar la letra A de la Guía de Teléfonos de Santiago y llegue al 22%. Después de despedirnos efusivamente me quedé pensando en que siempre me sorprende la fidelidad de los descendientes de vascos esparcidos por el mundo con la tierra de sus lejanos ancestros. Ahí estábamos tres chilenos reunidos por el azar reconociendo nuestra filiación en un apellido. Esto es bastante excepcional, porque en general nadie aquí recuerda que tiene filiación con la península Ibérica en un espacio público y con extraños, excepto los que llevan un apellido vasco. Supongo, que o lo dan por sentado o no les interesa para nada.

A la hora de la cena vino a visitarme un sobrino, hijo de un primo. Ahí pude ver de nuevo el mismo fenómeno. Este chico lleva un primer apellido vasco que heredó de su bisabuelo y el resto es una mezcolanza de Castellano, Portugués, Irlandés, Inglés y quién sabe qué más. Y ahí lo tienen, ha estado tres veces en Algorta con toda su familia visitando a nuestro tío que es primo de su abuelo, ha comido y cocinado en los txokos y lo más probable es que si le piden que se identifique, se reconozca como de origen vasco, sin pensar que es sólo 1/8. No sé si las leyes de Nuremberg calificaban de judío al que tenía esa proporción. Pero estas no son leyes de odio sino de amor; porque amores porfiados como éstos que perduran con tanta fuerza, son casi dignos de psicoanálisis. Y yo me pregunto ¿serán correspondidos? Me da la idea que a los vascos de Euskadi les toma un poco de sorpresa esta familia extendida que muchos ignoran, ya que tengo la impresión de que a las nuevas generaciones les está costando mucho trabajo encontrar una identidad positiva. Los percibo en una búsqueda confusa por ser lo que nuestros abuelos fueron naturalmente sin ningún esfuerzo y sin dar explicaciones a nadie: Vascos. Y para ser vasco no creo que haya que tener la cabeza de una o de otra forma, ni haya que tener un certificado de residencia de 35.000 años, ni RH Negativo, ni una vértebra sobrante, hay que tener amor por el país, amor por ese idioma que puede ser heredado de otros o inventado por nuestros antepasados (vaya uno a saber), pero que sí es el idioma de la casa, el del amor de familia, el del cantar en conjunto es el idioma de uno. Y solamente la seguridad en lo que uno es, permite amar a los parientes desperdigados por el mundo sin exigirles nada especial, sólo ser. En el negocio de los amores creo que no cabe el desperdicio, el desestimar el amor que recibimos gratuitamente, sobre todo en este siglo, en que se está extinguiendo la visión romántica de la vida y hasta los niños de pecho están más interesados en los ricos y poderosos, sean países o personas, que en lo más pequeño y simple. Me da la impresión de que muy luego el tener un antepasado chino o japonés va a ser tan bien visto, que las operaciones a los ojos van a ser al revés, simulando oblicuidad y todos van a empezar a cultivar la palidez asiática y el idioma mandarín. ¿No sería entonces, saludable, simpático, y astuto, celebrar el día del emigrante vasco, así como los americanos celebran el Día de la Patria, el de San Ignacio y San Miguel de Aralar? Hermoso sería que así como nosotros nos reconocemos tan espontáneamente vascos, ustedes se reconocieran primos de los americanos y les abrieran sus brazos en vez de pensar que son sudacas molestosos. Si hasta en la televisión chilena se han visto muestras de patriotismo ancestral. El año pasado la prima donna de una teleserie de gran sintonía, Carolina Arregui, insultó a su marido en la novela, Zabaleta, prometiéndole una patada en el “ipurdi” si seguía molestándola. ¿No es esto una muestra de un patriotismo subidísimo?

Medítenlo.

ARANTZAZUKO EUZKO ETXEA

Colonia Vasca en Chile

Desde 1900 hasta finales de la guerra de 1936 y posteriormente, llegan a Chile dos oleadas de vascos más o menos definidas. La anterior al 36 que, más que oleada era afluencia lenta pero continua. Sus preferencias son la agricultura, la ganadería, «curtiembre», fabricación de calzado, panificadoras, importaciones y exportaciones. En estos renglones de la economía, con una actividad asombrosa que les honra, prácticamente calzan y dan pan a todo Chile. En esta colectividad, formada en el primer tercio de siglo, domina sin contrapeso el elemento vasco-continental. Luego, la guerra del 36 y sus secuelas lanzan una auténtica oleada de refugiados vascos sobre Chile. La acogida por parte del pueblo y autoridades chilenas y de los vascos ya afincados es buena. Los vascos peninsulares recién llegados se integran fácilmente en las actividades industriales ya existentes. Otros crean o mueven actividades diversas: pesquerías, artes gráficas, textiles, explotaciones madereras y diversas profesiones liberales. El impacto de esta emigración es muy visible en el gremio hotelero. La buena cocina vasca se introduce en los restaurantes de Santiago y Valparaíso, codeándose con los sabrosos platos criollos y la carta internacional. Los vascos de antes habían creado un Centro Vasco. El promotor había sido Victoriano G. Atxabal, un vizcaíno de Ea que regentaba en Santiago una importante casa española de seguros. No le faltó la colaboración de un grupo selecto de vascos continentales y peninsulares, dándose en Chile el primer caso americano de creación de una institución que unifica a Euskalerria norte y sur. Esto ocurría el año 1923. Los recién llegados ingresan en el Centro Vasco y en Juventud Vasca, establecida en una propiedad legada por el benemérito Vicente Aranguren. La vida industrial, comercial y profesional une íntimamente a toda la comunidad vasca. Y viene la fusión de los dos centros, creándose Euzko Etxea y la Inmobiliaria Vasca, S. A., instrumento adecuado para la erección del edificio social con su trinquete de primer orden. En Valparaíso se inaugura también otro Euzko Etxea. Surgen entonces algunas revistas vascas, un cuadro de teatro, un grupo andinista, dos equipos de fútbol, aumenta la nómina de los pelotaris, aparece algún bertsolari y se instaura la Misa Vasca dominical. Con el aporte de los refugiados se eleva culturalmente la colectividad vasca. Este es un fenómeno que hemos observado en Caracas, Buenos Aires, Méjico y otras capitales americanas, sin excluir Norteamérica.

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Inmobiliaria Euzko Etxea

El primer objetivo de la inmobiliaria, después de la reunión en el antiguo Centro Vasco, donde todos los futuros socios adquirimos acciones, fue la compra de un solar para edificar el nuevo centro social. Se compró un solar de cuatro mil metros cuadrados en el número 547 de Avenida de Vicuña Mackenna, uno de los mejores lugares de Santiago. El frente de la propiedad estaba ocupado por un chalet, donde se instaló el nuevo centro Euzko Etxea y una escuela pública en mal estado. El terreno, detrás de estos dos edificios, era un gran parque abandonado, que daba a dos calles. Con el producto de las acciones adquiridas por los socios, se empezaron las obras de la nueva sede vasca, dotadas de un novísimo trinquete, prevaleciendo la influencia de los vasco-continentales. «Don Félix» Halcartegaray, el más destacado y popular de la colectividad, fue el impulsor permanente de la obra hasta su feliz terminación, dirigida por el arquitecto M. de Iruarrizaga. Como entusiastas colaboradores recordamos a J. B. Ourthau, Familia Laborde, P. Rachet, J. Heheran, S. Caussade, Juan Etchegaray, F. Halcartegaray Reyes, V. Gardeazábal, Julián Pé, P. Uriarte, J. M. Abadie, S. Zarranz, J. y F. Ituarte, R. Narvarte, I. Arteaga, R. Iriondo, F. Butrón, P. Aretxabala, J. Basauri, J. Aretxabala y otros.